domingo
es una suerte de circunstancia
despertarse aniñada, encandilada
por la luz de un ropero viejo
sometido a la humedad.
caminar sobre ese pedazo de baldosa
y que un loco te sostenga la mano,
que una mancha negra
te arremoline la nuca,
y que el edificio que ayer construyeron
se venga abajo por la culpa
de un canario despistado.
no es difícil imaginar que todo
puede reducirse a un par de gafas
durmiendo sobre el escritorio.
es eso o admitir que las pieles
dan asco, que se derriten
y se escurren sin lástima
como el sudor por las alcantarillas.
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1 comentario:
Una bella pieza surealista, al mejor estilo de Antonin, el enorme Artaud, pero con letra (y música, aunque no todos puedan darse el lujo de oirla) Argetina.
Con razón el flaco escribe como escribe, y ahora veo hacia donde va la flaca de Barracas...
Sumamente conmovedoras estas breves palabras que utilizaste para describir estas sensaciones tan cotidianas (o por lo menos creo que son y serán cotidianas para aquellos que no han enviado a dormir a su capacidad de asombro), la humedad en un viejo ropero, el estar en una vereda caminando y poder "ver" las cosas que otros no son capaces de hacerlo, muy bueno eso de que el pequeño pajaro pueda tirar un enorme edificio, muy sutil, y finalmente los anteojos (que podrían ser lo de Chico Buarque?) sobre el escritorio, imágen tan bohemia como atrapante...
Un abrazo... de luz... desde las tierras adoptivas de Luis.
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