te necesito tanto; a vos, que huíste con los primeros fríos del invierno, que te reciclaste y pasaste de ser papel blanco a negro, que te fundiste con los errores de la humanidad a la espera de una solución de improviso. nunca pensaste que el vacío era tan notorio, que la tierra efectivamente se movía, y que las marcas en la cara se habían vuelto tan profundas; eso es, las rutas trazadas en tus mejillas, hundidas, sonando, incandescentes, se amotinaron en tu contra. ahora no hay más que un brillo en los ojos: deslizándose: culminando en la tristeza.
nada basta cuando nada hay- ni siquiera incoherencias. hay un palillo de batería que se encoge junto al monitor, un dado de cartón sin terminar, un reproductor de mp3 con los auriculares rotos. ¿valió la pena? antes era muy fácil andar en bicicleta, costaba menos decir te quiero. hoy es más fácil sonrojarse, arrepentirse, hacerse a un lado, fingir, distraerse; pisar una hoja seca y hacer caso omiso al sonido de una vida rompiéndose. pensar que sólo hacen falta tus mechones lacios, tu morral de colores sobrios, tu sombrerito tramado, tu mano limpia.. un poco de paciencia y tirar a la basura todo este rimmel corriéndose, esta lluvia arrugando las yemas de los dedos, este gusto en la boca: a alma malherida: a distorsión de la sonrisa.
nada basta cuando nada hay- ni siquiera incoherencias. hay un palillo de batería que se encoge junto al monitor, un dado de cartón sin terminar, un reproductor de mp3 con los auriculares rotos. ¿valió la pena? antes era muy fácil andar en bicicleta, costaba menos decir te quiero. hoy es más fácil sonrojarse, arrepentirse, hacerse a un lado, fingir, distraerse; pisar una hoja seca y hacer caso omiso al sonido de una vida rompiéndose. pensar que sólo hacen falta tus mechones lacios, tu morral de colores sobrios, tu sombrerito tramado, tu mano limpia.. un poco de paciencia y tirar a la basura todo este rimmel corriéndose, esta lluvia arrugando las yemas de los dedos, este gusto en la boca: a alma malherida: a distorsión de la sonrisa.
1 comentario:
qué linda, vos y ella
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