jueves

algún día quiero escuchar tus canciones
y sentir que después del tiempo pudiste al fin
encallar en lo cierto: yo te amé con la pureza del río,
recorrí tus virtudes con el espíritu pasmado
y besé tu corazón con la boca del mío. y ahora
inventé espacios hermosos para resguardarte
del frío de la nostalgia, te llevo conmigo y a todas
las cosas que supieron ser nuestras: simplemente
te llevo, te tengo adentro y te miro
y siento estallar el horizonte de lo perdido,
siento cómo se cae el cielo y lo atajan las flores-
fui tuya, tan tuya como el mismo ardor de tus palabras.


somos nenes, ojalá entendiéramos más de todo
sin rasgarnos las costillas. me gustaría llamarte,
tirarte arena encima para apagar el fuego
de tu desprecio; pero no puedo; tengo el gesto
que es el poema, aunque lo escupas y lo resientas
y no puedas ver que soy la misma hipérbole de siempre
cantando montañas donde hay cráteres y charcos.

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