me enganchan tus ganas,
la virtud que tenés para verme
y el aliento a aventura en el que te sumergís
cada vez que salís a la calle,
te quiero querer siempre
y que volemos a california y a NY
y seamos amigos en el cielo,
en el mar, en nuestros hijos
y que corramos por llanuras intactas
y gestemos nuevas costumbres, una cultura
nueva del abrazo,
quiero que estés cerca y que cada miércoles
desatemos paradigmas tontos
y hagamos los planes imposibles del futuro:
te quiero mucho, compremos una pelopincho
y armemos nuestro propio rancho ahí.
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