jueves

Demasiado.

hay demasiada belleza
para renunciar.

corre en los pasillos
esa gran certeza o tal vez
incertidumbre, qué significa
esta suerte de claustrofobia,
esta pasión por el ghetto,
asfixia el suelo/los pasos/el techo
que suena inalcanzable.
tiemblan las miradas
pero serenan las ventanas,
el patio cálido - clausura.
todo otra vez, de vuelta
al principio, cómo funcionan estas paredes
que aprietan y descansan,
las comas interminables,
el andar amigable;
hablemos claramente:
¿dónde está esa belleza
que tanto nos concierne
y a poco nos reduce?
es duro el frío,
más cuando sos vos
el que se cae al agua
en el medio del pantano.

hay demasiada belleza
para renunciar.

quedate conmigo, bichito,
sentémonos un rato
en los sillones,
volemos sobre el tiempo,
corramos las cortinas,
ríamonos del día,
tentemos a este verde
arrollador, para que nos ilumine,
aunque sea hoy,
aunque sea un poco.

sabés, hay demasiada belleza
para renunciar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cómo me entendés, bichito. Y qué bien sabés escribirlo, y qué bien sabés mirarme, y qué bien sabés descubrir los brillos varios de mis ojos. Y gracias,
y qué bien que te conocí; y qué bien nuestra amistad;
y qué bien que te quiera tanto.

Siempre tuya,
victoria soledad.