martes


Desmiento la calma de mis sentidos
para arrodillarme junto al sueño

de los trazos perdidos,
quiebro lo escrito,
encierro el atardecer en una bocanada de aire,

cruzo océanos plagados de
pena y culmino en el instante

de tenerte.





















Mis barcos ya no están
a la deriva.
Derrumban el horizonte
envueltos en brisas
infinitas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

no soy poeta, simplemente te quiero.