prometo que esta tortura va a terminarse
cuando desaparezcan todos estos besos de mi boca,
y mi esencia deje de parecerse tanto
a un keats reprimido y nauseabundo que se mueve
como arrastrándose entre un azul desgraciado y tosco
y un celeste triste que se erige
como una burda imitación de lo nublado.
jueves
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