domingo

Ausencia.


Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.

(Tu ausencia me rodea como la cuerda a la garganta, el mar al que se hunde. Como la cuerda a la garganta, el mar al que se hunde. La realidad me ahorca y me ahoga todos los días. Hoy hace frío. ¡Qué invierno! No recuerdo que la niebla se me viniera tan encima en el último invierno, no recuerdo que la cama no acogiera. Quizás la calidez de la vida vos te la llevaste. O quizás el cuerpo ya no me responde al calor. Lo único que sé es que como decía Cortázar, hoy hace tiempo y frío. Y además te quiero).

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